A tres meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos

¿Cualquiera menos Bush?

La última semana de julio se celebró en Boston la Convención Demócrata, con la presencia de prominentes figuras como los ex presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton, donde más de 4300 delegados del Partido Demócrata eligieron a su candidato para la próxima elección en noviembre.

 

Una fachada multiétnica, multilateralista… para un candidato multimillonario y guerrerista

La guerra en Irak, el alto desempleo, la incertidumbre económica, la limitación de los derechos democráticos, fueron los temas elegidos en los cuatro días que duró la Convención.

Uno de los principales oradores, el ex presidente Bill Clinton, presentó a John Kerry como un hombre de valores, enumerando las iniciativas políticas del candidato. Pero por sobre todo resaltó la capacidad de Kerry como Comandante en Jefe del ejército, señalando que de joven defendió a su país en Vietnam y protegió a sus hombres: "Cuando enviaron esos barcos Swift por los ríos de Vietnam, y les dijeron que su trabajo era enfrentar el fuego enemigo, agitar la bandera norteamericana y provocar al enemigo para que salga y luche, John Kerry dijo, ‘envíenme a mí’". Clinton, el presidente demócrata que en 1999 ordenó los bombardeos en Kosovo, fue presentado como estandarte de los valores democráticos, la política exterior de alianzas y las "guerras humanitarias". El mismo presidente repudiado por las manifestaciones de Seattle, señalado como el gran protector de las corporaciones norteamericanas.

El discurso de Clinton y toda la campaña demócrata ha transformado la guerra de Vietnam en una gesta heroica en pos de la libertad, cuando de lo que se trató fue de la primer derrota del poderoso ejército norteamericano, una guerra repudiada por millones en Estados Unidos y en el mundo, que hasta hoy ha marcado las incursiones militares del imperialismo. Si la guerra de Vietnam fue heroica, está claro a lo que están dispuestos a hacer en Irak hoy.

Otra de las figuras fuertes de la Convención, Jimmy Carter, otro ex presidente demócrata, hoy transformado en "abanderado de los derechos humanos y la libertad", intercedió también a favor de Kerry, señalando la necesidad de un nuevo presidente demócrata para restaurar la defensa de la libertad, la justicia y los derechos humanos, como lo hizo él hace 25 años y más recientemente Clinton en sus dos períodos como presidente. Sólo basta mencionar la propia intervención de Carter en Venezuela para conocer la política exterior de los demócratas, que lejos de aparecer antagónica a la republicana, es igualmente imperialista. Carter participa como uno de los principales veedores y "garantes de la democracia" en Venezuela, apoyando así el discurso y la política de la derecha venezolana, que busca destituir a Chávez, luego del intento fallido de golpe hace dos años. Más que garante de la democracia, la presencia de Carter garantiza la intervención directa de Estados Unidos en la política del país latinoamericano.

Todos los oradores dejaron claro que, a pesar de la demagogia de respeto a las libertades, la defensa de los derechos de las mujeres, el respeto de la diversidad; las promesas de creación de empleo y la preocupación por la vida de los "ciudadanos comunes", la carta fuerte de Kerry y el partido demócrata es la seguridad nacional y la política exterior agresiva, presentada como la guerra global contra el terrosismo.

Mantener aterrorizado al pueblo norteamericano: la carta fuerte de Kerry

Kerry se presenta ante todo como veterano de la guerra de Vietman, que arriesgó su vida, protegió a sus hombres y eliminó al enemigo para terminar con la revolución vietnamita, mientras miles se movilizaban en Estados Unidos y Europa para terminar con esa guerra imperialista. Por eso ganó sus medallas de honor.

Hasta que comenzó la feroz campaña electoral, uno podría decir que Bush no encontraría mejor aliado para sus políticas que Kerry, que a pesar de no formar parte del mismo partido, comparte con el actual presidente los intereses de la clase dominante norteamericana y el objetivo de mantener y fortalecer el control de Estados Unidos sobre el mundo.

Kerry apoyó todas y cada una de las políticas "anti" terroristas de Bush, desde la autorización de la guerra "preventiva" y los poderes presidenciales, hasta el Acta Patriótica, un precedente nefasto de limitación de la libertades democráticas. Kerry fue el impulsor de medidas de seguridad durísimas, como la vigilancia estricta de las calles a manos de la policía norteamericana (conocida por sus brutales asesinatos, especialmente contra negros y latinos), es un defensor de los intereses corporativos de las grandes empresas y sostiene una política exterior durísima, contra los terroristas y en relación a América Latina. Son conocidas las duras declaraciones del candidato contra Chávez, por hacer de Venezuela un "refugio de narcoterroristas" y por su relación con Fidel Castro. Sobre Venezuela sostuvo que es necesario cortar todo diálogo por tratarse de una dictadura, en claro apoyo a la oposición derechista que en pocos días llamará a votar por el SI para echar a Chávez.

Durante toda su campaña, Kerry tuvo que enfrentar los desafíos de Bush y los republicanos, que intentan presentarlo como un hombre débil, sin convicciones y como alguien que no está capacitado para defender al país de los terroristas. Pero Kerry demostró que será un fiel seguidor de la política exterior de Bush, eso sí con un toque de "multilateralismo".

Sin embargo no tocará un solo dólar del presupuesto militar, lo que transforma su atractivo discurso de responsabilidad fiscal (contra el actual descontrol republicano) en una política de austeridad para los trabajadores y el pueblo pobre de Estados Unidos.

En la convención, John Shalikashvili, uno de los militares de alto rango que apoya a Kerry, declaró: "Estoy aquí frente a ustedes porque creo que nadie será más decidido en defender a Estados Unidos o perseguir a los terroristas que Kerry". Por si esto no fuera suficiente, al mejor estilo Bush, Kerry agregó: "No pueden esconderse. Los destruiremos", refiriéndose a los terroristas.

Una de las tareas primordiales que plantea Kerry, de llegar a la Casa Blanca, es la construcción de un ejército fuerte, el envío de 40 mil tropas más a Irak, y restaurar los esfuerzos multilaterales, sumando el apoyo de la ONU y los países aliados. En definitiva mantener lo esencial de la política imperialista agresiva de Estados Unidos.

El movimiento anti… G.W. Bush

Mientras se desarrollaba la convención demócrata, en las calles de Boston se sucedieron pequeñas movilizaciones contra Kerry, señalando correctamente que el candidato defendería los mismos intereses de Bush.

Sin embargo, las principales coaliciones antiguerra y los miles de jóvenes que enfrentaron valientemente a la guerra hoy apoyan a Kerry. Como señalábamos al comienzo de la campaña electoral: "El movimiento antiguerra se vio impotente para detener la ofensiva en curso. Esto ha ayudado a que hoy prime la necesidad de derrotar a Bush y que esto sólo se vea posible votando al Partido Demócrata"1.

Una enorme responsabilidad tienen los referentes del movimiento que salieron rápidamente a apoyar a los demócratas, impulsando fuertemente la campaña Anybody but Bush (Cualquiera Menos Bush), encabezada por personalidades como Michael Moore (director del documental Fahrenheit 9/11), famosos cantantes como Bruce Springsteen, Pearl Jam, Dixie Chicks e intelectuales como Chomsky, entre otros.

Más unidos por el espanto -frente a las políticas de Bush- que por el amor hacia Kerry, miles de jóvenes, trabajadores, mujeres y las comunidades latina y negra, protagonistas del enfrentamiento a la guerra en Irak, estarán el 2 noviembre frente a una falsa alternativa: Bush o Kerry.

1. Claudia Cinatti, Estados Unidos: empezó la carrera presidencial, La Verdad Obrera N° 133, 17/02/04

Fuente: La Verdad Obrera nº 145 (po.org.ar), 13 de agosto de 2004.