Libertad era un asunto...
(...MAL MANEJADO POR BILL...)
Sábado 7 de agosto del 2004, por Horacio Portela

Para mí, como aprendiz de hechicero (o columnista de tecnología que es parecido), no es habitual escribir sobre vivencias propias. Tecnoesclerosis es una columna que no requiere un momento histórico en especial sino que puede ser leída si referencias temporales. Pero hoy tengo un problema: Compartí varias horas alguien que es admirado y odiado por un número similar de personas, los alumnos del MIT admiran a este ex-alumno de la carrera de Física, y los de Microsoft University desean odiarlo.

RMS, o simplemente "Richard" es el perfecto resultado de lo que una persona puede lograr si no le ponen anteojeras en su juventud. Según él, aprendió más siendo un programador rentado del MIT que como alumno. Pues mientras programaba, lo hacía en equipos que contaban con un Sistema Operativo Libre (con sus más de 50 años de edad, no declara cuando fue esto). Y aquí comprendo la primera diferencia con nosotros.

Richard creció en un entorno que le permitió desarrollar su intelecto hacia donde él quisiera hacerlo. No necesitó de un examen vocacional ni de un sistema educativo pautado que le dijeran que debía ser. Él deseaba programar y creía en su propia capacidad de aprender. Al no existir frenos exteriores lo logró.

Nosotros por otra parte, debemos aprender lo que una curricula nos determine. Si el Ministerio de Educación (sea Nacional o el de una Provincia) decide que para nosotros tal o cual Sistema Operativo es bueno, usaremos ese, si deciden que el lenguaje ideal es tal otro... programaremos en él.

Nuestra educación esta determinada por un marco de decisiones políticas que muchas veces (no me gustaría pensar que en realidad debí escribir "casi todas") obedecen más a acuerdos corporativos que a programas educativos. Para Richard la educación fue un complemento de su vocación, para nosotros es una imposición de una corporación.

Ver a Richard sentado en remera mientras varios centenares de personas lo escuchamos, saber que por debajo de la mesa tal vez se haya descalzado para estar más cómodo. Ver la frescura con que se corrige en voz alta al no encontrar en su mente una palabra en "spanish" que refleje correctamente sus ideas. Escucharlo me demuestra cuan lejos estamos de poder sentirnos libres.

Él habla de Software Libre con el conocimiento que le da la experiencia. La misma experiencia que le permite explicarnos que si la educación se basa en Software Privativo, nunca aprenderemos a pensar y a crear sino que solo seremos operadores avanzados de un producto comercial. Y mientras lo escucho mi mente comienza a traerme recuerdos. Sus palabras me hacen recorrer mi propia vida, mi trabajo sobre plataformas propietarias como los "Mainframe", donde para poder acceder a un VAX (DEC - Digital Equipment Corporation) debíamos tener un expediente aprobado en el FBI y firmar una serie de compromisos pues accedíamos a "alta tecnología". Donde para programar sobre CoBOL nos recordaban diariamente una NDA (cláusula de confidencialidad). Cuando cada vez que corríamos un editor de texto, el fósforo verde nos presentaba un "recordatorio" en la frase "Internal Use Only" (IBM-Edit y otros similares).

Comencé mi acercamiento a la informática en la misma época que Kempes volvía locos a todos con sus goles en el campeonato mundial de fútbol de Argentina. La misma época en que las publicidades nos recordaban que los Argentinos éramos "derechos y humanos" y que "el silencio era salud". Me enseñaron que el software era una herramienta de mayor tecnología que el hardware, la cual solo algunos iluminados podían crear. Y esos iluminados tenían nombres, se llamaban IBM, DEC, Wang, Bull, Sperry, NCR, Burroughs, Hewlett Packard... pero ninguno se llamaba Pérez, Rodríguez o Portela como yo.

Constantemente nos repetían que la tecnología es parte del desarrollo, y "ustedes son un país en vías de desarrollo". Así lo comprendí en los 70s y esperé a ver si en los 80s o en los 90s nos "desarrollábamos"... Y las cosas efectivamente cambiaron. Bull, Sperry y NCR formaron UNISYS, Apple lanzó al mercado la "Lisa" y después la "Mac", Compaq comenzó a crecer hasta que se fagocitó a DEC y a HP. Aprendí nuevos nombres como Dell, GateWay, Oracle, Toshiba, Micronics, Sony, Microsoft. Y todavía no nos "desarrollamos".

Pero yo era muy impaciente, las cosas no cambian tan rápido, tal vez necesiten más tiempo. Pero no solo los nombres cambiaron, también cambio la idea de "países en vías de desarrollo". ¿Ya crecimos? me pregunte con alegría. Y una noticia escuchada en la TV (seguramente en CNN) me mostró la realidad: Ya no éramos "países en vías de desarrollo", ahora nos llamamos "tercer mundo".

¿Tercer mundo?... ¿cual es el primero?.. Ah, claro, ellos... los mismos de siempre pero con distinto nombre... ¿Y el segundo mundo cual es?... ¿Cómo que no existe?... pero si hay un "primero" y un "tercero" tiene que haber un "segundo"...

Y la voz de Richard me trae nuevamente al presente. Lo escucho decir con fervor que no debemos permitir que nuestro gobierno nos imponga Software Privativo en la educación. Que no debemos permitir que centenares de millones de dólares se vayan anualmente hacia Estados Unidos en concepto de Licencias de Software... y recuerdo que en algún momento le pregunté "¿Richard, donde naciste?" y él dijo "Nueva York"...

¿Nueva York?, ¿Pero cómo?, el es oriundo del país que se enriquece con el pago de nuestras licencias... En "su" país muchos trabajan produciendo Software que nosotros compraremos... y sin embargo quiere que utilicemos Software Libre. Quiere que nos independicemos de la esclavitud que significa ser "operadores de un programa", quiere que podamos dejar la "Galera" donde remamos mientras el tambor marca el ritmo de las nuevas "actualizaciones" que deberemos comprar...

No termino de comprender... ¿cómo puede ser que una persona se oponga a la base de la economía de su propio país? ¿Qué tiene de especial el "em-ai-ti" para que sus alumnos puedan opinar así?... ¿Será porque los dejan pensar?

Miro a mi alrededor, nadie habla, ni siquiera se escucha alguien toser entre el público. Richard nos explica que el motivo más importante por el cual debemos utilizar Software Libre en la educación no es ni económico ni práctico. Es ético... Es moral. Es fundamental para enseñarnos a compartir.

"...Si un alumno trae un Software Libre a su escuela podrá compartirlo con quienes lo quieran"

"...Entre todos podrán aprender y mejorarlo y a la vez se acostumbrarán a compartir, a ayudar, a colaborar"

"...Si un alumno pregunta a un profesor cómo está hecho un Software Privativo, el profesor deberá responder que no puede decirlo, que es secreto, que nadie en la escuela puede saberlo... y que la educación termina en ese momento"

"...No deben permitir que las empresas regalen licencias a las escuelas como las tabacaleras regalaban cigarrillos a los niños".

Ahora lo entiendo mejor... mientras éramos un país "en vías de desarrollo" podíamos intentar aprender, tal vez querríamos ver el código fuente, comprender cómo estaba hecho, tener la capacidad de compartir nuestras ideas y entonces mejorarlo... tener la opción de "desarrollarnos".

Ahora somos solo el "tercer mundo" de un mundo globalizado donde el segundo puesto está vacante. Y seguirá vacante mientras Microsoft y Monsanto (porque ahora me doy cuenta que el problema no es "solo" de Software) lo deseen... o hasta que muchos comencemos a repetirnos en la mente y a compartir con otros lo que le escuche decir a Richard. Lo que significa usar Software Libre...

...Lo que realmente significa "Educar con Software Libre".

Nota del Autor: Pasé algunas horas cerca de Richard Stallman durante su estadía en Buenos Aires. Pude escuchar varias veces sus argumentos y ver las expresiones de quienes lo escuchaban. Richard dio una maravillosa exposición sobre "Copyright versus Comunidad" en el recinto de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. Allí se mezclaron en los mismos lugares donde la sociedad coloca a sus representantes, estudiantes, legisladores, profesionales, periodistas y algún curioso que no tendría plata para ir al cine y optó por una charla "gratis".

Durante más de dos horas Richard, sentado en el mismo lugar donde se sienta habitualmente el Presidente de la Cámara, habló mirando siempre de frente a todos, sus ojos recorrían el recinto de uno a otro lado, parecía tan admirado él como quienes lo escuchaban. Luego de finalizada la exposición, ya más tranquilos en otro lugar y mientras él tomaba unos mates le hice solo dos preguntas:

HP: ¿Cuántos años hace que das conferencias en forma continua?

RMS: Hace unos seis años.

HP: ¿En cuantos países diste una charla en un recinto como este?

RMS: Nunca... es la primera vez...

Allí comprendí su permanente mirada. La forma cómo él recorría la sala mirando a todos. Desde ambos lados estábamos asombrados... para todos era una nueva experiencia. Todos aprendimos algo...

...Y lo compartimos.

Fuente: Solar.org.ar, 7 de agosto de 2004.