Invadir los EEUU!!!
por Memorioso y Logico Sunday August 15, 2004 at 10:38 AM

una pintura sobre el frente sindical argentino

... Si la reunificación de la CGT (operada desde el gobierno por el ministro De Vido) fue un aviso a la paleoizquierda pirómana, la invitación al Consejo Directivo de la CTA constituyó un mensaje simétrico a los habitantes de la sede sindical de la calle Azopardo: Kirchner no está dispuesto a permitir que nadie lo tome de rehén. Esas medidas formaban parte del catálogo de aspiraciones de la CGT y la CTA. Las reacciones fueron diversas, lo cual califica la madera de cada uno.

La CGT despotricó contra el gobierno por haber anunciado los aumentos a jubilaciones y salario mínimo por voluntad presidencial y sin convocarla. En cambio la CTA (en especial el sindicalista de los docentes Hugo Yasky) agradeció al presidente la medida, por la cual los maestros lucharon durante años, incluyendo paros, movilizaciones y la protesta de la carpa blanca. En la CGT Luis Barrionuevo llegó a amenazar con un paro general. Quien le respondió con acritud fue Susana Rueda, cuya sintonía con Kirchner es llamativa. Ex militante de la JP de las Regionales; opositora a Carlos West Ocampo en Sanidad hasta que llegaron a un acuerdo de coexistencia pacífica, al estilo del que Andrés Castillo alcanzó con Juan José Zanola en la Asociación Bancaria, en 2003 Rueda se pronunció por la candidatura de Kirchner e hizo campaña junto con Obeid en Santa Fe. Otro de los cosecretarios de la CGT, Hugo Moyano, recibió a Raúl Castells, una decisión que causó más revuelo dentro que fuera de Azopardo. Uno de los principales consejeros de Moyano afirma que su objetivo es controlar a Castels, quien mientras marchaba hacia la CGT practicó un corte parcial de calles, sin interrumpir el tránsito.

En cualquier caso, es ostensible la mutua conveniencia. Moyano se exhibe como uno de los pocos dirigentes de la CGT que puede mostrarse en la calle junto a los desocupados, a quienes dedicó una frase inobjetable: "Hay quienes creen que se puede esconderlos debajo de la alfombra". Castels atenúa su aislamiento, lo cual tal vez le sirva para demorar una confrontación inevitable.

Por su parte el gobierno no parece preocupado por el nuevo eje. Cuando Castels salió del casino de Resistencia con 11.000 pesos en la mano, el ministro del Interior Aníbal Fernández le hizo saber que ésa era la última vez que cruzaba esa frontera entre la protesta y el delito sin consecuencias penales. Como anticipo, el gobernador Roy Nikisch estudia la rescisión de la concesión del casino con la empresa que lo consintió. El encuentro con la CTA fue cordial pero no exento de ironía. Al recibir a sus visitantes, Kirchner les dijo con una sonrisa: "Si estuviéramos en Cuba alguno de ustedes me pediría que invadiéramos Estados Unidos".

Fuente: Argentina.indymedia.org, 15de agosto de 2004.