Comunicación Alternativa

Ante lo que en plena globalización se denomina sociedad de la información, hegemonizada por el mercado, comienza a visualizarse una tierra apenas explorada, donde conviven millares de periódicos, revistas, emisoras radiales, fanzines, sitios web, agencias de noticias, publicaciones barriales y señales de televisión, que más allá de su dispersión y limitados alcances, tratan, empecinadamente, de horadar el muro de la agenda mediática.
Estos nuevos medios, aun siguiendo caminos comunicacionales diferentes, se identifican sin excepciones con proyectos de resistencia y transformación social. Una especie de contrainformación como doctrina que los hermana en el desigual combate que entablan con los dueños de la comunicación.
La operación informativa permea la realidad de acuerdo con visiones interesadas. Dos hechos masivos resultan útiles para comparar el impacto comunicacional: por un lado, la consulta popular llevada a cabo por la Autoconvocatoria No al Alca –que comprende a un vasto conjunto de organizaciones sociales y políticas–, en noviembre pasado, de la que participaron casi dos millones y medio de argentinos, ninguneada por los medios, mereciendo apenas menciones circunstanciales. Por otro, la recolección de firmas impulsada por Juan Carlos Blumberg, cuya difusión no solo fue insistente y repetitiva sino que, en muchos casos, los propios medios de comunicación impulsaban la adhesión de la gente a la propuesta.
Como incipiente respuesta organizada, la circulación alternativa de información adquiere un carácter estratégico al vincular la elección y abordaje de temas, a la visión popular. Para Washington Uranga, periodista y docente universitario, "el tema es dar el debate sobre las agendas, pero también sobre los sentidos producidos. El sistema de medios no es homogéneo, tiene brechas, y construir sobre esas brechas es una cuestión de estrategia e inteligencia".
En tal sentido operan los medios alternativos, planteando sus propios temas y dando una vuelta de análisis diferente a los instalados por los medios masivos. Se trata –sostiene Gastón Montells, director de FM La Tribu, una de las emisoras emblemáticas de la comunicación alternativa, que está cumpliendo quince años de vida en la Capital– de construir una agenda que pretende ser lo más propia posible, y dialogar con la instituida públicamente, a la que sería ingenuo desconocer. Son dos líneas de trabajo –completa–, una apunta a desmontar la agenda pública y editorializarla, y otra, a generar fuentes propias, condiciones de investigación, e incorporar las voces que están ausentes en los otros medios".

Realidad global
En una sintonía similar, en Bahía Blanca, nació en 1989 la FM de la Calle, iniciativa de un grupo de oyentes cansados del virtual monopolio informativo, que incluye diario, radio y televisión, ejercido en la ciudad bonaerense por el grupo La Nueva Provincia. Según Ernesto Reinoso, miembro del colectivo de dirección de la radio bahiense, "nuestro objetivo fundamental es dar micrófono a todos los sectores de la comunidad, incorporar nuevas voces, nuevas ideas, nueva música, e información de las entidades intermedias de la comunidad".
Por su parte, enfatizando en la visión local de la realidad global, agrega Gerardo Feuer, director de FM Residencias, de Mar del Plata: "En un mundo que prepotea con la globalización, los medios alternativos deben contribuir a que se afiancen los valores de cada comunidad, librando una batalla desde el ámbito local".
También la prensa cooperativa opera a contrapelo de la gran prensa comercial. Consolidados a nivel global valores como el lucro, la competencia feroz y el individualismo, la promoción de los principios que inspira y sostiene el cooperativismo constituye un ejercicio contrahegemónico indispensable para profundizar las brechas del discurso dominante.
En el debe queda la falta de una estrategia común. "Los movimientos sociales y la sociedad civil deben avanzar en la definición de una política –señala Guillermo Mastrini, docente de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires–, en donde la temática pública no quede solo determinada por aquello que circula o no circula por los medios de comunicación". Así, ante tal carencia, el desarrollo de los medios alternativos queda librado –con las excepciones del caso– a un autosostenimiento aislado que suele terminar con los emprendimientos.

Antes y después
"Muchas organizaciones y movimientos sociales no ven al tema de la comunicación como parte de los proyectos a desarrollar en el marco de la lucha social", admite Fabiana Arencibia, miembro de la Red Eco Alternativo. "Aunque en momentos aislados el periodismo alternativo logre un cierto grado de masividad, como ocurrió en los sucesos del 19 y 20 de diciembre, es porque coincide con un momento en que la gente decidió salir a la calle".
"Diciembre de 2001 permitió a las experiencias alternativas dar un salto cuanti-cualitativo", señala Natalia Vinelli, docente y periodista, co-autora de Contrainformación. Medios alternativos para la acción política. "Se suma mucha más gente a los colectivos que venían funcionando, a la vez que aparecen medios nuevos. El hecho de que pocas semanas después del 20 ya estuvieran circulando varios documentales sobre la rebelión habla de la potencialidad del piso previo, pero también de la consolidación y multiplicación de los medios alternativos y de contrainformación, el surgimiento de mayores espacios de producción y coordinación y, por supuesto, de circulación y recepción", agrega Vinelli.
El fenómeno incluye la puesta en debate de formas, conceptos y contenidos, a partir de numerosos seminarios, cátedras, encuentros, e investigaciones, que recogen las experiencias desarrolladas y potencian la creación de nuevos espacios. Surge como consenso inicial la vinculación directa entre los medios alternativos y los sectores populares que son objeto y sujeto de esa comunicación.
En tal sentido, Uranga sostiene que "en la medida en que se van desarrollando nuevos modos de participación, aparecen otros medios, que generan otras agendas. Y al mismo tiempo, la presencia de otros medios refuerza las posibilidades participativas de la sociedad, es un camino de ida y vuelta. Pero –aclara– no se puede dejar de lado la altísima concentración en la propiedad de los medios, los acuerdos corporativos entre ellos y los grupos de poder de todo tipo que imponen temas de gran influencia en la sociedad".
Entre los desaparecidos de los medios hegemónicos se cuenta el cooperativismo y la economía solidaria en su conjunto, el interior del país –casi no se publican notas desde las provincias, salvo casos policiales o de alto impacto sensacionalista–, las minorías de toda índole (sexuales, religiosas, políticas, étnicas), intelectuales que abogan por el cambio, y un vasto etcétera que incluye movimientos sociales y políticos que marchan a contramano del sentido común globalizado. En el caso del interior la cuestión se agrava en tanto en centenares de localidades quien no paga un abono de cable, no accede a ninguna opción televisiva, y quien sí lo hace, solo recibe señales capitalinas y extranjeras.
"Ensanchar el mundo de lo pensable es el desafío", afirma Liliana Belforte, integrante del Observatorio de Medios de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba). "Debemos generar contracultura que rompa con la lógica que reduce los análisis a los distintos aspectos corporativos. Los medios se legitiman a sí mismos, por eso tenemos que seguir realizando esfuerzos para construir una temática propia. Claro que eso requiere de precisión, formación, reflexión y acción". Sobre el rol de los periodistas como trabajadores en ese proceso, Belforte enmarca la cuestión en el contexto de la precarización laboral que alcanza a todos los sectores del trabajo en la Argentina. "Como consecuencia de la concentración y extranjerización, se deterioraron gravemente las condiciones laborales. La crisis arrasó con las posibilidades de generar adecuadas condiciones de producción de contenidos".

Los nudos de la red
Hacer un relevamiento a nivel nacional de los medios alternativos es una investigación pendiente, cuyo punto de partida deberían ser las radios comunitarias, fenómeno que se mantiene vivo, con decenas de ejemplos de fidelidad a los principios fundacionales. La Federación Argentina de Radios Comunitarias (Farco), nuclea a alrededor de 90 emisoras de todo el país, entre muchísimos otras, La Tribu y Palermo (Capital Federal), En Tránsito (Castelar), Residencias (Mar del Plata), Alas (El Bolsón), Pocahullo (San Martín de los Andes), Encuentro (Viedma) y Aire Libre (Rosario). Además, diseminados en emisoras de Am y Fm, en todo el país se sostienen incontables programas de contenido alternativo.
A su vez, el Foro de Medios Alternativos cuenta entre sus asociados a medios digitales, periódicos –Primera Página, La voz de los barrios–, programas radiales y colectivos de comunicación. En total, unos 40 emprendimientos se agrupan en el Foro, mientras que otros como las radios del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), Fm Del Monte y FM Sacha Waira, aportan casos de medios directamente vinculados a movimientos sociales.
La prensa cooperativa también hace su aporte a la comunicación alternativa, aún sin alcanzar la proyección equivalente al desarrollo de la economía solidaria. Entre otras experiencias, se destacan las promovidas por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, tanto sus microprogramas radiales que se difunden por cientos de emisoras en todo el país, como este mismo periódico. Además, se editan decenas de publicaciones nacionales, regionales y locales que difunden las realizaciones de las cooperativas en todo el país. Y se suma la cooperativa cordobesa Colsecor, creadora del Canal 6 Televisión alternativa, con llegada a más de un centenar de poblaciones con sistemas de cable cooperativos. Empero, después de dos décadas de legalidad constitucional se mantiene incólume la marginación de las entidades sin fines de lucro. El gobierno de Kirchner impulsa un proyecto de modificación del artículo 45 que incorporaría a las entidades solidarias a la comunicación, pero mantiene la exclusión en el caso de las cooperativas de servicios públicos.
En el rubro cinematográfico sobresalen el Grupo de Cine Insurgente, el colectivo Wayruro (Jujuy) y el Grupo Alavío. En Internet aparecen: Agencia La Vaca, Argenpress, Red Eco, Agencia Rodolfo Walsh, Indymedia, Contracultural, Agencia Cono Sur, Lnd Noticias, La Fogata, Agencia RedAcción, Observatorio de Medios de la Utpba, Ecoportal, Fm La Tribu, Emancipación, Bambupress, ANRed, Hipótesis, Periodismo.com, Asambleasociales.org, rcci.net/globalización y Herramienta.com.ar. Igualmente habría que contabilizar al colectivo de contrainformacion Argentina Arde, enREDando de Rosario y Nuestra América (grupo de opinión) y otros que sostienen el frente digital en la batalla de las ideas. A su vez, son incontables las organizaciones sociales y políticas que difunden a través de sitios institucionales información a contramano de la agenda mediática.
Las distintas experiencias comunicacionales encuadradas en el amplio espectro alternativo convierten a la comunicación en un territorio de lucha cultural, frente a un discurso dominante que se pretende universal y global. Quién informa, qué informa y cómo lo hace aparecen como las cuestiones clave. Claro que mientras dure la dispersión de esfuerzos, la batalla seguirá siendo desigual y no podrá revertirse la sentencia expresada por el periodista cubano Ernesto Vera: "La verdad está dispersa, pero la mentira está organizada".


Jorge Vilas

Fuente:Acciondigital.com.ar, 15 de julio de 2004.