De frente. El religioso sostiene que en "30 o 50 años" el celibato dejará de ser obligatorio
Un cura publica sus memorias y no se calla sus experiencias sexuales
La presentación de su libro "Sin tapujos" generó una aguda polémica en Córdoba, donde reside

Una encendida polémica generó en la sociedad cordobesa la publicación del libro de un sacerdote que revela bajo el título de "Sin tapujos" sus propias experiencias sexuales. El libro, que estará a la venta desde hoy a un valor de 23 pesos, reseña la autobiografía de Guillermo Mariani, cura párroco de La Cripta, ubicada en el residencial barrio Villa Belgrano, en el sector noroeste de la capital cordobesa.

Mariani, quien es reconocido en Córdoba por su posición tercermundista, tiene una amplia popularidad en la feligresía local por su visión sobre temas sociales, muchas veces no coincidentes con la postura eclesiástica.

La librería El Emporio distribuirá el libro del polémico religioso, quien sostuvo que "en 30 o 50 años el celibato dejará de ser una obligación".

En un mensaje al canal 12 de televisión, el cura sostuvo ayer que se trata de una parte pequeña de sus "53 años como sacerdote de la Iglesia Católica".

En el libro, contó, repasa los hechos más importantes de su vida, entre ellos los relacionados con su sexualidad.

En declaraciones que ya comenzaron a ser polémicas con adhesiones y rechazos por parte de la población que se expresa en las radios locales, Mariani expresó su convencimiento de que "muy poca gente cree que los curas seamos castos".

"Me ha molestado mucho lo que he ido descubriendo de la conducta de los ministros de la Iglesia Católica, oculta bajo mantos de silencio", señaló.

"Particularmente, he sentido un gran alivio de contar estas cosas, como un encuentro conmigo mismo. La gente adulta fuera y dentro de la Iglesia tiene que saber estas cosas", opinó.

En relación con las reacciones del Arzobispado de Córdoba, desde donde se adelantó que se difundirá un pronunciamiento tras evaluar el texto, el sacerdote les restó dramatismo: "No sé cuáles serán las reacciones, aunque las autoridades de Córdoba tienen bastante sentido común".

"Creo que lo sabrán interpretar como lo que es, una expresión de sinceridad. Además, los datos que yo manejo son ínfimos al lado de la información que ellos tienen sobre este tema", agregó.

"Este «mandar en cana» mío es una hormiguita frente al elefante que significa todo el descubrimiento de cosas que se han hecho en los últimos tiempos vividas por sacerdotes", dijo, en alusión a los casos de abusos de menores presuntamente cometidos por religiosos.


Vacaciones en el Federico C
En "Sin tapujos", el libro en el que cuenta sus propias experiencias sexuales, Mariani no omite detalles, a punto tal que hasta refiere una frustrada relación homosexual.

Estos son algunos párrafos del libro. "Llegó el momento en que, delicadamente decidimos expresarnos nuestro amor ardiente y definitivo. Podía escuchar mis palpitaciones, extasiado ante la maravilla del cuerpo que se ofrecía. Lo abarqué pegándome a él con el sudor de la piel y la fiebre del corazón (...)".

En otro capítulo, titulado "Fiesta de inicio del verano en el Federico C", refiere: "Me había embarcado en el puerto de Barcelona hacía dos días como resultado de la lentitud de las comunicaciones, con la experiencia de que inicialmente había perdido el avión en Ezeiza. Me embarqué en tercera clase con los inconvenientes que tenía. Sólo podíamos subir a cubierta en ocasiones especiales, o acompañando a pasajeros de primera".

El relato agrega que en una fiesta en el barco conocieron a dos muchachas catalanas. "Una de ellas, Marga, me invitó a su camarote. Ven -me dijo- que tengo allí un postre excepcional que te va a agradar sobremanera. Un camarote de primera clase, era distinto. Me senté en un cómodo sofá, me sirvió un escocés con hielo y se sentó muy oronda en el apoyabrazos. Cruzó sus brazos sobre mi cuello, me preguntó si me agradaba la bebida, y doblándose sobre mi pecho succionó con sus labios los míos, preguntandome «¿y ésto no te gusta más aún?». Gocé del camarote, que no tenía ese efecto de sube y baja de los camarotes de abajo, gocé de la brisa marina, gocé de la bebida, gocé del lecho y gocé con el cuerpo de aquella catalana fogosa, evidentemente más experimentada que yo". (Télam)

 

Fuente: Lacapital.com.ar, 10 de junio de 2004.