Una prensa en crisis

Adrián Gonthier*

Desde los primeros exitos electorales de Vlaams Blok y del famoso «domingo negro » de las elecciones de 1991, el tratamiento mediático brindado al partido de extrema derecha es tema de debate en Bélgica. ¿Hay que aplicar una "zona protegida" como se hace a nivel político? La prensa flamenca le ofrece espacios de comunicación a los representantes del partido de Vlaams Blok. La prensa francófona trata de evitar cualquier tipo de complacencia. Son dos posturas que se oponen y que ponen en evidencia grandes diferencias en las dos prensas del reinado.

Bélgica es un pequeño país, pero la prensa cotidiana está lejos de ser homogénea, tal como lo ilustra el tratamiento que los diarios flamencos y los francófonos reservan a Vlaams Blok. "En el Sur del país, se conforman con relatar los acontecimientos vinculados con la extrema derecha", dice Marcos Lits, Director del Observatorio del relato mediático de la Universidad Católica de Louvain (UCL). "La ‘zona protegida’ que se le impone a nivel político ha sido respetada por los medios de comunicación". En Flandes, por el contrario, "los medios de comunicación respetan la zona protegida en política, sin dejar de preguntarse por su pertinencia..., pero a los representantes de Vlaams Blok se les invita a expresarse, en la medida en que consiguen resultados electorales exitosos" agrega Els De Bens, profesor de periodismo de la Universidad de Gand (RUG).

El último ejemplo fue la actitud de la Televisión Pública Flamenca (VRT)(1). A raíz de un escándalo financiero en la ciudad de Amberes, el canal de televisión invitó al director del partido del Blok Filip Dewinter al programa más importante del domingo por la mañana. Los otros partidos políticos se negaron a participar en este debate. Dos "sabios" acompañaban al representante del partido de extrema derecha con el fin de "contrabalancear (su) opinión". Para el jefe de área "Informaciones" del canal de televisión que se opone a la "zona protegida" en los medios de comunicación, los representantes del partido de extrema derecha "son invitados como los demás" y era normal el hecho de invitar a un representante del Blok para tratar el tema del día... (2). No hay huellas de este criterio en el Sur del país, dónde la extrema derecha registra, es verdad, muy pocos sufragios.

Esta diferencia en el trato dado al movimiento de extrema derecha remite –más allá de los aspectos políticos y culturales– a concepciones mediáticas radicalmente diferentes, inducidas por diferentes evoluciones históricas. En efecto, se debe evitar el análisis de la prensa cotidiana belga como un objeto único, aunque ambos mercados se caracterizan por sus reducidas dimensiones y su fuerte concentración (3). A riesgo de caer en la caricatura, digamos que la prensa nacional ya no existe, y que ningún diario cuenta con una cantidad significativa de lectores en la otra comunidad. La prensa flamenca suele ofrecer además un contenido más impertinente, menos consensual y más investigador que la prensa francófona.

Al analizar los orígenes históricos de la prensa belga, ya se comprueban diferencias. "Los periódicos francófonos surgieron antes (a principios del siglo XIX), en la época artesanal de la prensa, lo cual favoreció la edición de una gran cantidad de diarios", dice José Manuel Nobre Correia, profesor de periodismo de la Universidad Libre de Bruselas (ULB). "No es el caso de Flandes, donde los diarios surgieron durante la etapa de la industrialización de la prensa. Aparecen cuando nace el movimiento nacional flamenco, y su lanzamiento requería inversiones más importantes, lo cual suponía una administración diferente de la empresa". También intervinieron factores culturales: el sub-regionalismo valón favoreció la creación de periódicos. A fines del 2002, la zona francófona de Bélgica tenía 16 diarios editados por 4 grupos de prensa para un público de 4 millones de habitantes (incluyendo Grenz Echo, el único diario germano-belga donde el grupo Rossel tiene el 50% de participación). En Flandes, había unos 10 periódicos, editados también por 4 grupos de prensa para un público de 6 millones de habitantes.

Esta evolución histórica diferenciada se refleja todavía hoy en la estructura del accionariado de los grupos de prensa. En la zona francófona de Bélgica, siguen existiendo los accionariados con estructura familiar (4). Unicamente Editeco (la editorial del diario de economía y finanzas L’Echo) y la editorial regional Mediabel (Vers l’Avenir (5) ) están dirigidas por capitales industriales y/o financieros. En Flandes, en cambio, los accionistas se organizaron con principios capitalistas a partir de 1970, principalmente cuando las empresas del flamenco André Leysen (6) asumieron el control del grupo de prensa De Standaar (que desde entonces se llamó VUM). El grupo de prensa regional y familiar flamenco Concentra cotiza en la Bolsa de Comercio hace unos cuantos años, perspectiva para la que se prepara también Persgroep, el imperio de la familia de Christian Van Thillo. La organización de este grupo de prensa se funda en las sinergias de costes llevadas a su punto extremo, la convergencia de los contenidos a través de distintos soportes, y un marketing agresivo y constante. Además de los diarios Het Laaste Nieuws, De Nieuwe Gazet y De Morgen, el grupo de prensa Persgroep tiene el 50% de participación en el canal de televisión flamenca privada VTM, también una serie de revistas ... y hasta la mitad del capital de un parque de atracciones.

Del lado francófono, la gestión comercial no fue tan lejos, o al menos no tuvo la misma intensidad. "Actualmente los grupos de prensa francófonos tienen una estructura familiar en su mayoría, lo cual significa: una sub-capitalización que no permite realizar inversiones importantes y una gestión administrativa donde los criterios de competencia no son prioritarios", apunta Nobre Correia (7).

A pesar de estas marcadas diferencias, la prensa francófona y la prensa flamenca tienen algunas semejanzas. Entre ellas la despolitización. A raíz de los movimientos de concentración en estas últimas décadas, la prensa belga se despolitizó completamente. Actualmente, ningún grupo de prensa pertenece a organizaciones sindicales o a partidos políticos (pero la organización patronal Flamenca VEV tiene sin embargo casi la mitad del capital del diario económico flamenco De Financieel-Economische Tijd). Es una evolución que sin duda se explica por un contexto más general de pérdida de valores y de modificación de estilos de vida (8). La recuperación del diario progresista De Morgen por el editor liberal De Persgroep ilustra muy bien esta disminución progresiva de las fronteras ideológicas (9). Una tendencia a la despolitización que se manifiesta también en la desaparición a principios del 2001 del periódico Le Matin, nacido de la fusión de varios diarios francófonos de izquierda; ahora ya no hay ningún diario progresista en Walonia a pesar de que sigue dominada por el Partido Socialista (PS)....

Algunos investigadores piensan que esta despolitización es un engaño."Se evoca el final de las ideologías para explicar el fenómeno de la despolitización, pero en realidad lo que se impuso es una ideología dominante – económica en primera instancia, pero también política- Los medios de comunicación belgas están dirigidos por una élite, una clase dominante cuyos contornos, integrantes y redes se pueden describir", dice Geoffrey Gevens, investigador en información y comunicación de la Universidad de Liège (ULG ) (10). Y el profesor De Bens se pregunta en qué medida los periodistas pueden extender su función de "vigilantes" del ámbito político al ámbito financiero y económico (11)...

A pesar de los esfuerzos realizados para renovar sus "productos" (modificar el formato y/o la maqueta, cambiar los suplementos, etc...) las editoriales belgas, lo mismo que las del exterior, se enfrentan al declive de la distribución prepagada de los diarios. Al final del 2002, esta distribución había caído y estaba por debajo de 1,5 millón de ejemplares, o sea menos de 100.000 que hace 10 años. Esto se debe a la disminución de un 15% de la distribución prepaga de los diarios francófonos, pero los diarios flamencos resisten mejor (12). Esta disminución de las ventas no corresponde solamente a factores estructurales –la pérdida de interés de los lectores y las inversiones de las editoriales en las imprentas antes que en la calidad de la redacción– sino también a factores coyunturales, como la quiebra de la compañía aérea belga Sabena.

En la Bélgica francófona, la disminución de las ventas del diario principal (Le Soir, editado por Rossel) atestigua el malestar general. ¡En 5 años, la distribución prepagada del diario Le Soir bajó más de un 25% ! Sud Presse, el grupo de prensa de Rossel en esa región, sigue también esa curva descendente y prepara una nueva restructuración de la empresa. Pista ya evocada (y nunca del todo excluida), una fusión del grupo Sud Presse con el grupo regional valón Vers l’Avenir/Mediabel presentaría evidentes complementariedades geográficas, pero se traduciría sobre todo en una peligrosa situación de monopolio de la nueva entidad en la región valona.

Ante la disminución de las ventas y de las inversiones publicitarias, la prensa belga atraviesa una etapa crítica, hasta el punto de que algunos de sus componentes desaparecen. Muchos de los diarios no han podido modernizarse lo suficiente y ya no responden a las necesidades de sus lectores, especialmente de los inmigrantes y los expatriados establecidos en el exterior debido a la función que cumple Bélgica en la Unión Europea y en la Alianza Atlántica.¿Cómo salir de este círculo vicioso? Como no hay una solución "milagrosa", varios elementos podrían contribuir para mejorar esta situación: parecen indispensables inversiones suplementarias en las oficinas de redacción, para mejorar la calidad y ofrecer más plusvalía con respecto a los medios de comunicación masiva, así como un análisis más profundo de sus lectores y sus expectativas..

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* Periodista – Bruselas

NOTAS:

(1) Su Consejo de Administración se compone de dos administradores (sobre un total de doce), elegidos por el grupo parlamentario de Vlaams Blok en el Parlamento regional flamenco. No es lo mismo en la región valona.
(2) "Le Blok, invité ‘naturel’ de la V.R.T", La Libre Belgique, 17-3-2003.
(3) A un lado y otro de la frontera linguística, cuatro grupos de prensa dominan, de manera oligárquica, el mercado: V.U.M, Persgroep, Concentra y Uitgenersbedrijf Tijd en el norte de Bélgica. Rossel, I.P.M, Vers L’Avenir/Mediabel y Editeco en la zona francófona. Jean-François Dumont, Benoît Grevisse, Gabriel Ringlet, La presse écrite en Belgique, Editorial Kluwer, segunda edición, 2001.
(4) La familia Hurbain posee el 60% de Rossel (editor del diario Le Soir) y la Socpresse (grupo Hersant) el 40%. El grupo IPM, editor de La Libre Belgique y La Dernière Heure / Les Sports está bajo el control de la familia Le Hodey.
(5) Controlado por la editorial flamenca V.U.M, tiene la particularidad de ser en parte propiedad del arzobispo de Namur con un 25,1% de participación y del de Luxemburgo (a través de la Imprenta Saint-Paul con 16%).
(6) V.U.M es el único grupo que pasó la frontera linguística y que tiene el control del Grupo regional valón Mediabel/ Vers L’Avenir. Rossel, por su lado, acaba de subir hasta el 49% en el diario gratuito Metro, que se edita en flamenco y en francés.
(7) "L’aveuglement", Trends Tendances, Bruselas, 13-9- 2001.
(8)Leer también Serge Govaert "Las bases de Bélgica se remueven", Le Monde diplomatique, edición española, marzo 2001. A propósito, señalamos la gradual desaparición de la sigla AVV-VVK (Alles voor Vlaanderen / Vlaanderen voor Kristus – Tout pour la Flandre / La Flandre pour le Christ) de la portada del diario católico flamenco De Standaard.
(9) Jean-François Dumont ..., op cit. El Persgroep estuvo en dos oportunidades a punto de comprar diarios católicos flamencos, lo cual demuestra que existen resistencias.
(10) Leer al respecto su obra L’information sous contrôle, Médias et pouvoir économique en Belgique, Editions Labor, Bruselas, 2002.
(11) Els De Bens, De Pers in België, Het verhaal van de Belgische Dagbladpers Gisteren, vandaag en morgen, Uitgeverj Lannoo, Tielt, 2001.
(12) Fuente: Centro de Información sobre los medios de comunicación (C.I.M) y sitio Internet de los diarios francófonos belgas (www.jfb.be).

Fuente: monde-diplomatique.es, Junio de 2003.