La Cruzada Blumberg y la doctrina Bush en Argentina

x Sebastian Hacher - La Haine - [11.05.04 - 04:49]

Un curioso ocultamiento mediático sobre la imagen de Juan Carlos Blumberg. La policía de Miami y "la doctrina Bush", que está llegando a la Argentina para educar a la policía en la "guerra contra el terror" al estilo Irak.

Todos lo preguntaron y obtuvieron la misma respuesta: mi esposa está muy mal, no quiere hablar. Algunos medios hasta trazaron, en base a testimonios de terceros, un perfil de María Elena, la madre del joven Axel Blumberg, cuyo secuestro y asesinato conmovió al país.

La conclusión fue siempre la misma; es una madre destruida por el dolor, que perdió a su único hijo, algo que sólo puede entender quién haya pasado por la misma situación. Pero, a diferencia de otras madres, a ella las crónicas la ubican apenas como un dato de color, ensombrecida por la energía de su esposo, Juan Carlos Blumberg, presentado como el mesias de la seguridad.

La mujer quedó relegada a una figura triste que pasea por la casa durante las entrevistas, que se limita a acompañar a su marido y que, incluso, ha sido calificada por él como "una intelectual sin sentido común". (1)

Hubo quienes especularon por su silencio, pero nadie quizo arriesgar hipótesis. Finalmente, supimos la verdad: al momento de ser secuestrado y asesinado Axel, su padre llevaba casi una década de separación con su mujer, no vivía (ni vive hoy) en la casa de Martinez donde suele dar entrevistas y , además, mantiene una relación estable con otra persona, con la que convive en la zona de norte del Gran Buenos Aires.

El dato al que accedimos podría haber sido difundido antes por cualquier otro medio. Y, sin embargo, todos eligieron seguir el tren de mantener la ficción de una relación que no existe más.

Seamos claros en esto: no interesa aquí la vida personal Juan Carlos Blumberg, ni se puede pensar que su estado civil valida o inhibe su dolor. Porque separarse, tener otra pareja y no vivir con los hijos, es algo normal en cualquier ser humano. Un dato que no enturbia el amor de un padre, ni hace mas o menos noble su "cruzada". Y, normalmente, información como esta interesaría sólo a revistas del corazón, o cronistas televisivos que esos que acostumbran a diseccionar a sus ídolos al aire.

Lo que sí llama la atención es que Blumberg haya decidido ocultar deliberadamente esa situación. Que su "entorno" -del que casi no hay registro público- se haya detenido en ese detalle, que alguien haya susurrado "No conviene decir que estás separado".

żAconsejó alguien a Juan Carlos Blumberg que decir que estaba separado de su mujer podría mellar su perfil de "gente decente"?. żOperaron en ello fuerzas interesadas en construir una imagen marketinera sobre el dolor de la familia?.

Pensarlo, solamente pensarlo, eriza la piel.

Y preocupa, precisamente, porque hay mucho en la cruzada Blumberg que huele a política calculada. No se trata solamente del manejo de cámara en todos los canales de TV, ni de la infraestructura prestada por Laboratorios Bayer (2) para financiar la campaña, o de los rumores de que la empresa Siemens, la cuarta importadora de telefonía celular del país y eterna interesada en el negocio de los DNI, haya "influido" en la confección del petitorio que recorrió el país (3). Tampoco es un punto central el rol de la "patota sindical" durante la visita de Blumberg al congreso (4), o la participación de personajes de la ESMA en la cruzada (5).

Ni siquiera es extraño que los medios, que hablan tanto de Blumberg, hayan dicho en realidad tan poco: estamos acostumbrados a sus mentiras, a que inventen operativos, fragüen causas y exageren situaciones para genenar temor social.

Todo eso, si se quiere, son anécdotas que sólo sirven para ilustrar el caso. Porque, en realidad, lo más preocupante son las consecuencias últimas del rumbo que está tomando la "cruzada Blumberg" en materia de seguridad en el país.

Dias atrás, en un artículo a propósito de los 13 años del asesinato de Walter Bulacio, se daba cuenta de como el discurso que comenzó a prevalecer a partir del "efecto Blumberg" se asemejaba cada vez más al de la "Tolerancia Cero", la politica impulsada por el ex-alcalde de New York, Carlos Giulani. Se señalaba allí como esa "formula de exportación" en materia de seguridad había ganado terreno a nivel internacional, con consecuencias peligrosas; criminalización de la pobreza, brutalidad policial, persecución racial y de movimientos sociales, y el miedo generalizado en la población. (6)

El reciente viaje de Juan Carlos Blumberg a Miami, llamativamente poco cubierto por los medios de comunicación argentinos, no hizo más que confirmar que no se trataba de simples casualidades, sino de una coincidencia ideológica, y ahora práctica, con los sectores más retrógrados de policía y los "think tanks" neoliberales de Estados Unidos.

El jefe de la Policía de Miami, John Timoney, es el "tercer hombre", luego del Carlo Giulani y William Bratton en materia de "Tolerancia Cero". En Argentina, fue presentado el 10 de Marzo en una conferencia sobre seguridad, invitado por fundaciones argentinas y por el Manhattan Institute, la usina ideológica de la mano dura al estilo norteamericano.

Ahora, luego de su viaje, Blumberg propone -żu ordena?- que la policía argentina sea educada en la nueva meca de la "Tolerancia Cero". Algo que, no está de mas decirlo, ya hizo la policía Bonaerense a mediados de los 90, durante el reinado de Duhalde en la provincia de Buenos Aires, con los resultados por todos conocidos.

Quizás, esta nueva etapa de la "cruzada Blumberg" diga mucho acerca de a donde quieren llegar.

En materia de educación policial, no se puede decir que John Timoney no tenga experiencia: el año pasado viajó a Irak, a pedido del Departamento de Defensa norteamericano, para entrenar a la policía que colabora con el regimen de ocupación. En esa ocasión, trabajó en común con el U.S. Army's 173rd Airborne Brigade, la brigada que tomó la ciudad de Kirkuk(8).

Claro que se ganó ese lugar de instructor demostrando ser un pionero de las tácticas de la "guerra contra el terror" de Bush, en la "guerra interior" contra la inseguridad...y contra la población.

Ya en 1994, en su paso por la Policía de New York, según un informe de Amnesty Internacional, "la ciudad conoció "un aumento del 34% en los casos de civiles muertos a tiros". El mismo año, aumentaron de "53,3% los casos de civiles matados siendo detenidos por la policía". Amnesty también informó que el New York City Civilian Review Board, encargado de vigilar las actividades de la policía, "reportó que recibió 4 920 nuevas quejas, un aumento de 37,43 % sobre el año anterior".(9)

Mas tarde, en el año 2000, mientras estaba al frente de la policía de Filadelfia, siguió con la misma línea. El informe del 2000 de la Police Advisory Commission, reportó un número de quejas récord. El caso más conocido quedó registrado en un video que mostraba un record: 10 oficiales de la policía golpeando a un detenido 59 veces en 29 segundos utilizando los pies y sus bastones. Filadelfia es también considerada, gracias a Timoney, como la ciudad de Estados Unidos donde la población negra sufre mayor represión Allí también fue el encargado de reprimir las manifestaciones contra la convención del Partido Republicano, con cientos de detenciones, denuncias por brutalidad policial, acoso a la prensa y torturas. (10)

Pero la consagración definitiva, la obtuvo en Noviembre del 2003, durante la represión a la movilizaciones contra el ALCA en Miami, la ciudad donde actualmente es Comisionado de Policía. Allí, con un presupuesto adicional de 8,5 millones de dólares-sacados de los fondos que Bush destinó para Irak (11)- Timotey demostró que durante la instrucción que dio en Irak, la sintesís entre las tácticas de la "tolerancia cero" con las menos sutiles de la "guerra contra el terror" de Bush.

"Uno tiene que asegurarse de mantener una mano alrededor de una de sus gargantas", comentó en aquel entonces Timoney al Washington Post, agregando que los manifestantes "esta vez, se enfrentarán a algo nunca antes visto". Además del equipo represivo de última generación y una barrera blindada de 2500 policías, el jefe Timoney inauguró para la prensa

Jeremy Scahill, reportero de Democracy Now, lo contó así: "Es un grupo paramilitar. Miles de soldados vestidos con uniformes color khaki con una armadura negra completa y máscaras de gas, marchando al unísono por las calles, golpeando sus palos contra los escudos, canturreando "atrás, atrás, atrás".

Los resultados Noviembre en Miami fueron claros: 250 detenidos, denuncias por torturas, asaltos sexuales, vegaciones y racismo. Algo que, ahora lo sabemos, forma parte de la "doctrina Bush" en su "guerra global contra el terror".

La misma que Blumberg quiere que la policía argentina, experta en esos menesteres, vaya a perfeccionar a la cuna del terrorismo global. Y quizás, como en los Estados Unidos, las mentirillas mediáticas sean el primer paso, y la demostración de que la guerra contra el terror esta llegando a casa.

Fuente: Lahaine.org, 11 de mayo de 2004.