Argentina: de Bulacio a Blumberg: del Estado Cero a la Tolerancia Cero

x Sebastian Hacher - La Haine - 05.05.04
Sobre el asesinato de Walter Bulacio hace 13 años, cruzadas y "think tanks" que aprendieron a traducir teorias.


Buenos Aires, 3 de Mayo del 2004. Hace bastante frío, y hay un cielo gris que amenaza con derrumbarse en cualquier momento. Ella camina al frente, con sus 75 años, la voz más finita que nunca y canas que resaltan contra su piel morena y dulcemente arrugada.

Me robaron seis veces desde Septiembre, me cuenta; ni un tenedor me dejaron. Y la denuncia sirvió nada más que para llenarse de papeles, en los que ahora cree poco y nada.

La que habla es Mary, la abuela de Walter Bulacio, y los robos, sostiene, se produjeron porque en los diarios salió que había cobrado una indemnización del estado.

Ella no había cobrado nada. Sabe que fueron intimidaciones; dice que los mismos policias que le tomaron las denuncias le mandaban a robar para mortificarla. Para que se calle, para que deje de andar como anda ahora.

Walter Bulacio, su nieto de diecisiete años, fue detenido el 19 de abril de 1991 por la policía. Ese día, llegó tarde al recital que los Redonditos de Ricota daban en el estadio de Obras Sanitarias. Allí lo sorprendió una razzia policial de la Comisaría 35ª, a cargo de Miguel Angel Espósito. Lo llevaron detenido con otros 72 jóvenes. Pasó la noche en la seccional, donde se descompuso. Murió seis días después, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la represión y la impunidad.

Pero el asesinato de Walter no fue sólo un punto de quiebre; también fue un adelanto de lo que viviríamos en la década del 90 y en estos primeros años del nuevo milenio. Hoy los casos de gatillo fácil superaron holgadamente las 1500 víctimas. Y la impunidad sigue reinando.

Como una burla macabra, el asesino de Walter pasó apenas tres horas preso en estos 13 años; y si Bulacio es símbolo de la lucha contra la represión, Espósito, el responsable de su muerte, es un ícono de la impunidad..

Mary caminó el 3 de Mayo, como desde hace 13 años, hasta la casa de un asesino custodiado por vallas, policías de azul y de civil, y hasta una camioneta de vidrios polarizados.

Ella iba con paso apretado, rodeada por un grupo de familiares de víctimas del gatillo fácil, militantes de la Correpi y organizaciones de desocupados. Entre los manifestantes, una mujer llevaba un cartel que decía "cuando matan a un ser querido, o luchamos o morimos".

Eran miradas sostenidas; de madres, de abuelas, de hijas y esposas las que se agolparon contra la vallas.

Allí estaba ella, en la primera fila, ocupando el centro de la escena. El muy basura ni asoma la cabeza, dice. Y entonces Mary levanta el brazo, y con sus manos chiquitas arroja nos cuantos huevos contra la fachada donde se refugia el comisario.

Lo hice con amor, con odio, con dolor, con fuerza. Grita ¡asesino! y muchos la acompañan haciendo un esfuerzo con la garganta..

Luego posa sus manos sobre las rejas y, por un momento, llora con un silencio que a muchos se les clava en el corazón.



-Teóricos de la intolerancia

Walter Bulacio fue detenido por obra y gracia de los edictos policiales. En su caso se utilizó una norma interna de la Policía Federal, conocida como el "memo 40", que permitía que la policía decidir a discreción que hacer con los menores detenidos, dejándoles la posibilidad de notificar o no al juez. Esa regla, mantenida hasta entonces en secreto, fue derogada junto a los celebres edictos policiales como consecuencia de la lucha que desató el asesinato de Walter.

Quién volvió a plantear en los medios la discusión sobre el memo 40 y los edictos fue el ahora despedido comisario Giacomino. En el 2000, cuando todavía era jefe de la Policía Federal, dijo al diario Clarín que "Necesitamos que vuelvan los edictos o alguna ley similar, porque del delito menor se pasa al mayor. Antes estaba la figura del "merodeo", que sancionaba la actitud predelictual...".

En realidad, lo que en aquel entonces defendía Giacomino es la "teoría de la ventana rota", desarrollada por los "think tanks" de Estados Unidos como antecedente y justificativo de la "Tolerancia Cero" que la policía y el alcalde de esa ciudad usaron para ganar fama -y dinero- a nivel mundial .

Esa pseudo-teoría es la que hoy vuelve a estar en boga en la Argentina, de la mano del "factor Blumberg", y en ella confluyen, como veremos, progresistas y liberales.

Uno de los mayores exportadores de esta práctica es William Bratton, el ex-jefe de la policía de New York, y actualmente está a cargo de la reorganización de la Policía de Los Angeles. Bratton, que rompió con el famoso alcalde Guilanni por problemas de cartel, compite con este último por exportar su fórmula contra el delito a varios países del mundo.

Giulanni, por ejemplo, logró hace dos días que en el DF de México se aplique por ley la Tolerancia Cero, luego de ser contratado como asesor durante el año 2002, y seis años después de que él mismo haya lanzado en todo México la "Cruzada nacional contra el crimen" (¡casualidad!).

Pero el jefe William Bratton también hizo de las suyas. En una de sus giras anduvo por nuestro país: llegó en el 2000, convocado -solo por casualidad- para asesorar en su campaña electoral a Gustavo Beliz, el actual Ministro de Seguridad. Aun antes de venir a la Argentina, el experto había recibido los elogios de Arslanian, el -siempre por casualidad- recientemente asumido ministro de seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

Siguiendo con esa línea de casualidades, hace dos meses atrás, varios de sus asesores volvieron a pisar suelo argentino para disertar bajo el pomposo y largo título "Políticas Públicas Exitosas en Materia de Seguridad Ciudadana. La experiencia de Estados Unidos y América Latina. Soluciones para la Argentina". Esta vez fueron invitados por la ultra-liberal fundación ATLAS, la Red Libertad (1) y la Fundación Naumann, dirigida por Lopez Murphy.

En la conferencia estuvieron todos; Larry Mone, presidente del Manhattan Institute, los padres ideológicos de la Tolerancia Cero; George Kelling, creador de la teoría de las "ventanas rotas", junto John Timoney y William Andrews, ambos presentados como la mano derecha de William Bratton durante su paso por la policía de New York. El único orador nativo fue Carlos Araujo, legislador de la ciudad que respondía a Recrear, pero que ayer se acaba de pasar a las huestes de Mauricio Macri.

Y si bien sus nombres no son muy conocidos por Doña Rosa, parece que -gracias a la magia de la televisión- sus ideas se convirtieron en parte del sentido común.




-Politica de seguridad lista para armar.

Según Loïc Wacquant (2), sociólogo y estudioso de la expansión y las consecuencias de la Tolerancia Cero, el objetivo de ese modelo de seguridad es "calmar el temor de las clases medias y altas mediante el hostigamiento permanente a los pobres en los espacios públicos".

La TC parte de la premisa, en boca de su creador William Bratton, de que "la desocupación no está relacionada con el delito; es el mal comportamiento de los individuos y no la consecuencia de condiciones sociales". Incluso Charles Murray, un politólogo que escribe para el Manhattan Institute, va mas allá, ligando el delito al coeficiente intelectual. En sus palabras: uno se convierte en criminal no porque padezca de privaciones materiales en una sociedad no igualitaria, sino porque sufre de carencias mentales y morales.

Unida a la teoría de la "ventana rota", esta tesis -que desde una filosofía liberal intenta ocultar su contenido clasista- vuelve a mostrarse sin pudor. Para combatir al delito, dicen, hay que hostigar a los sin techo, los mendigos y los desocupados; hay que limpiar las calles y lograr que la gente tenga mayor sensación de seguridad.

Esta postura es sostenida en la Argentina por "expertos en seguridad" como Paola Spátola -de casualidad ex menemista y funcionaria de Duhalde- desde la pantalla de Mirtha Legrand, en las páginas de la revista Noticias o el diario Infobae. También es rabiosamente defendida, en un tono pretendidamente académico, por los analistas de la Fundación ATLAS, organizadores de la conferencia antes citada. Su versión mas mediatico-blumbergiana, puede ser llamada "defensa de la gente decente".

Para ser sinceros; los "think tank" argentinos han demostrado simplemente que saben leer inglés. La mayoría de sus artículos, estudios y "papers" se limitan a repetir frases hechas, formulas importadas y hasta párrafos enteros de artículos, conferencias y publicaciones norteamericanas.

Pero vayamos a los hechos. En su aplicación primigenia en New York, el jefe Bratton comenzó por adaptar la organización de la policía a del maganament, y de la gestión por objetivos. En primer lugar despidió en masa a sus oficiales de alto rango, bajando la edad promedio de los jefes y transformando las comisarias en "centros de ganancia", al tiempo que decía querer comparar el desempeño de la fuerza con el de cualquier empresa del ranking de la revista Forbes. (Cualquier similitud con la "mentalidad de PYME para las comisarias", propuesta por el ministro Beliz, se sabe, es mera casualidad.)

En terminos estructurales, la Tolerancia Cero se terminó de aplicar en New York con tres medidas:

-La multiplicación de los efectivos policiales y equipamiento de las brigadas.
-La reasignación de funciones de los comisarios de barrio con la obligación de tener resultados en términos cuantitativos, con monitoreo por un sistema informático y creando un mapa del delito
-La expansión del presupuesto un 40% en cinco años, cuatro veces mas de lo que reciben los hospitales.

En el terreno práctico, para Bratton se trata de "recuperar las calles "y terminar rapidamente con el delito "en pequeña escala", que va desde la prostitución hasta la mendicidad, como forma de evitar los delitos mayores. Algo parecido a la tesis de moda en los medios argentinos, que llaman a "recuperar los territorios tomados por la delincuencia" y crear un "shock de seguridad".

Y, como suee suceder, la reforma se completa con un cambio en la política social. Para los teóricos de la Tolerancia Cero, se trata de "impedir que los pobres vivan a costillas nuestras". El trabajo mal pago, como contraprestación a la ayuda social a veces, se tiene que convertir en una obligación cívica. No trabajar, señalan, es un acto político contra el que hay que luchar.

¿Comparaciones con lo que se dice y se planifica hoy en día en la Argentina?. Ni siquiera es necesario enumerar las grandes -y seguramente casuales- coincidencias con nuestro país.




-Del Estado Cero a la Tolerancia Cero.

Sería negar la realidad no decir que la Tolerancia Cero se hizo popular en todo el mundo. La lista de países que la aplicaron, desde México, pasando por una buena parte de Europa y hasta Africa, es abrumadora.

Tan abrumadora como los países que adscribieron durante los noventa a las recetas del neoliberalismo.

Porque no hay que olvidar que los mismos que ayer bregaban por "el estado cero" como receta mágica, hoy nos bombardean con la "tolerancia cero" como pase de magia para terminar con la inseguridad que ellos mismos promovieron. Como dice Wacquant, los Chicago Boys son sucedidos por los New York Boys del Manhattan Insitute

Parece una paradoja que los mismos que abogaron por el desmantelamiento del estado hoy propongan el fortalecerlo. Parece, pero en realidad tiene su lógica: el modelo que sufrimos en las últimas décadas sólo puede mantenerse en pie militarizando la vida cotidiana, y en particular criminalizando la pobreza.

Lo particular del caso, es que esta fórmula se comenzó a expandir por el mundo cuando en New York, su lugar de origen, entraba en declive.

Tras el impacto inicial, la Tolerancia Cero comenzó a mostrar su verdadera cara en New York. Corria setiembre de 1999; en ese mes, Amadou Diallo, un inmigrante guineano de 22 años, fue muerto de 41 disparos por cuatro policías que buscaban un presunto violador.

Su muerte desató una oleada de defensa civil, desconocida en Estados Unidos en las última décadas. Y reveló también que se cocinaba bajo la aparente sensación de seguridad que había traído el alcalde Giulanni.

Se supo entonces que la Unidad de Lucha Contra Delitos Callejeros, una brigada de 380 policías que es la punta de lanza de la tolerancia cero, detuvo en un año a 45.000 sospechosos, de los cuales 37.000 resultaron inmotivados, y de las 8000 detenciones restantes, la mitad tenía cargos que fueron considerados nulos por los tribunales.

Según publicó el New York Daily News, cerca del 80% de los jóvenes negros y latinos de New York fueron arrestados y registrados al menos una vez por las fuerzas del orden. La inmensa mayoría de la población negra considera a la policía como una fuerza hostil y racista.

En términos generales, el principal logro de la policía de New York es, sencillamente, infundir miedo a la población, especialmente a los sectores mas pobres.

El sistema penal tambiéns sufre los cambios. Los tribunales colapsan, y la superpoblación carcelaria se dispara; en 1993 se cuentan 106.900 ingresos, y en 1997 la cifra alcanza los 133.300. También se confirman las falsas detenciones; de 345.130 en 1998, 140.000 son dejadas sin efecto por los jueces.

Y, citando a Wacquant , las cárceles norteamericanas y europeas "no están llenas de criminales peligrosos y endurecidos, sino de condenados por casos de estupefacientes, robos, hurtos o simples perturbaciones del orden público, salidos en esencia de los sectores precarizados de la clase obrera". (2)

No se trata, sin embargo, de un cuestionamiento "garantista", "zurdito" o como quieran llamarlo nuestros tolerantes cero locales: en este caso, hasta el principal sindicato policial de New York terminó rechazando la teoría.

Compare el lector estas políticas con lo que se discute hoy en la Argentina. Piense en los resultados de la década del 90, en los discursos neoliberales que se vendían como pan caliente para regalar nuestras empresas, alimentar la timba financiera y generar millones de desocupados.

Compruebe también como los progresistas como Kirchner, impulsando el nuevo plan de seguridad, o Ibarra, que retomó la idea de restaurar los edictos policiales, se dan la mano en materia de seguridad con los "think tank" neoliberales.

Imagine nada más cuales serán las consecuencias que esta política, para colmo aplicada "a la argentina".

Cierre los ojos un instante, y trate de visualizar la tragedia que nos espera, mucho peor a la que ya estamos viviendo.

Y, por último, piense también que esta vez no se trata de la posibilidad de comprar una licuadora en cuotas o irse de vacaciones a Miami.

Ahora puede ser su propia vida la que está en juego.


Sebastian Hacher
Buenos Aires, 4 de Mayo del 2004

(1) Las fundaciones que conformarán la Red Libertad son: del Tucumán, ADE (Santa Fe), Alas (Santiago del Estero), Alberdi (Mendoza), Hayas (Ushuaia), Iniciativa (Córdoba), Libertad (Rosario), Mercado (Bahía Blanca), Progreso (San Luis), Salta y Global (Mar del Plata).
(2) Se trata de un sociólogo francés residente en Estados Unidos. Es Autor del libro "Las Carceles de la miseria". Muchas de las estadísticas y citas de este artículo provienen de allí- Y se agradece a las manos gentiles que pusieron una copia de ese libro en nuestras manos.
.(3) Sobre el código contravencional: http://www.argentina.indymedia.org/news/2004/02/171811.php Según la última información de prensa, la legislatura porteña lo trataría el próximo 20 de Mayo.

Fuente: Kaosenlared.net, 5 de mayo de 2004.