UNA REVISTA SOCIALISTA QUE DEFIENDE LOS INTERESES DEL PUEBLO TRABAJADOR
junio de 2003 Vol. 27 No. 6

Estados Unidos

‘Washington jamás perdonará a Cuba por su trayectoria socialista’
Presidenta de Pathfinder habla en la universidad Sarah Lawrence College

Por Martín Koppel

BRONXVILLE, Nueva York-- "El conflicto entre el imperialismo norteamericano y Cuba sigue siendo un aspecto central de la política mundial, como lo ha sido por casi medio siglo", afirmó Mary-Alice Waters al dirigirse a estudiantes en un seminario realizado el 1 de mayo en la universidad Sarah Lawrence College.

Eso puede resultar extraño, dijo, porque Cuba es un país relativamente pequeño que de ninguna manera imaginable representa una "amenaza" al coloso yanqui. Pero la razón es sencilla. "Se debe a la revolución socialista en Cuba y su ejemplo", recalcó.

"Washington jamás perdonará -jamás podrá perdonar- al pueblo cubano, el cual hoy día defiende su trayectoria socialista. Esa trayectoria comenzó hace más de 40 años al quitarles miles de millones de dólares en tierras y fábricas a las acaudaladas familias gobernantes de Estados Unidos y sus homólogos cubanos, y al establecer una nueva clase gobernante -la clase trabajadora- y un nuevo orden social. La propiedad productiva ha dejado de ser propiedad privada, y las prioridades económicas y sociales se deciden a partir de lo que necesita la mayoría, el pueblo trabajador, incluida la ayuda a los que luchan por la liberación nacional y el socialismo en otras partes del mundo. La solidaridad social --y no la realidad capitalista de "sálvese quien pueda"-- comenzó a signar más y más las relaciones sociales en esta nueva Cuba".

Por eso, destacó, los gobernantes de Estados Unidos han librado una implacable ofensiva durante los últimos 44 años para derrocar a la Revolución Cubana Las actuales amenazas y provocaciones contra Cuba son un elemento más de esta historia.

Waters, presidenta de la editorial Pathfinder y directora de la revista marxista New International, había sido invitada a hablar en un seminario que forma parte de un curso sobre la Revolución Cubana, dictado por la profesora de historia Matilde Zimmermann. María Elena García, profesora de antropología latinoamericana, la presentó. Unos 20 estudiantes de las dos clases asistieron a la presentación y participaron en una hora de discusión.

Los estudiantes del curso habían leído varios libros, desde Misiones conflictivas: La Habana, Washington y Africa, 1959-1976, por Piero Gleijeses, hasta Sex and Revolution: Women in Socialist Cuba (Género y revolución: la mujer en Cuba socialista) por Lois Smith y Alfred Padula. En la lista de lectura había varios títulos de Pathfinder, muchos de ellos editados por Waters: Pasajes de la guerra revolucionaria de Ernesto Che Guevara; Che Guevara Speaks (Habla Che Guevara); Haciendo historia: entrevistas con cuatro generales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; y October 1962: The ‘Missile’ Crisis as Seen from Cuba (Octubre de 1962: la crisis de ‘los misiles’ vista desde Cuba) por Tomás Diez Acosta, así como "Renewal or Death: Cuba’s Rectification Process" (Renovación o muerte: el proceso de rectificación cubano) que aparece en la edición no. 6 de New International.

El tema al que se le pidió a Waters que tocara era "Cuba en el mundo de los años 80 y 90: de los ‘Tres Gigantes’ al Periodo Especial".

Es importante siempre comenzar con el hecho que "Cuba forma parte del mundo", apuntó Waters. "El destino de la Revolución Cubana no se ha decidido, y no se decidirá, exclusivamente o incluso principalmente dentro de Cuba. Influyen mucho las victorias y derrotas de las revoluciones y luchas en otras partes del mundo.

Ella describió el impacto que el triunfo de las revoluciones populares de 1979 en Granada y Nicaragua tuvieron en el mundo, y sobre todo en Cuba. "Ya no estamos solos" fue el grito de celebración. El presidente cubano Fidel Castro describió las revoluciones en Nicaragua, Granada y Cuba como "tres gigantes que se levantan para defender su independencia, soberanía y justicia en las puertas mismas del imperialismo".

Rectificación, Periodo Especial

Los avances revolucionarios en Nicaragua y Granada dieron un poderoso impulso a los trabajadores y campesinos cubanos, señaló Waters. "De repente había más oxígeno en el aire", dijo. Esos triunfos, junto con las luchas revolucionarias que avanzaban en Africa austral, fueron elementos decisivos que permitieron que la dirección del Partido Comunista de Cuba iniciara a mediados de los años 80 la batalla política que llegó a conocerse como el proceso de rectificación.

"De hecho, fue una renovación revolucionaria", afirmo Waters, "una revitalización de los métodos obreros de lucha, de movilización y de trabajo voluntario que son el alma de toda verdadera revolución popular en la época moderna". La rectificación fue una reorientación política que se alejó de las políticas de planificación económica y social que seguían como modelo los métodos utilizados en la Unión Soviética y Europa oriental en aquel entonces, políticas que beneficiaban a una capa social privilegiada de personal administrativo. Dichos métodos, que habían llegado a predominar en Cuba a partir de principios de los años 70, habían conducido a más y más desmoralización y desmovilización política entre el pueblo trabajador.

Este fenómeno se expresaba de diversas formas: desde el declive de la moral y la productividad hasta los crecientes casos de descarado malmanejo y corrupción

Waters citó al presidente cubano Fidel Castro, quien observó que, antes de lanzar el proceso de rectificacón, Cuba se había estado encaminando, no hacia el socialismo o el comunismo, sino hacia "un sistema peor que el capitalismo". La construcción del socialismo no es "un problema de mecanismos", dijo el dirigente cubano. "Es una tarea política, una tarea revolucionaria".

Ella destacó las "microbrigadas" de trabajo voluntario que se convirtieron en un movimiento social, esencia del proceso de rectificación. Mediante estos esfuerzos colectivos y voluntarios, el pueblo trabajador pudo, por ejemplo, comenzar a enfrentar la escasez de círculos infantiles que necesitaban las mujeres trabajadoras. En La Habana construyeron más de 110 guarderías en dos años, en contraste con las dos que se construyeron en el periodo 1980-85. Así también se construyeron miles de apartamentos, centros de salud, escuelas y otras prioridades sociales.

El proceso de rectificación estaba cobrando ímpetu cuando los regímenes estalinistas en la Unión Soviética y Europa oriental se derrumbaron a principios de los años 90. En cuestión de meses, Cuba perdió la mayor parte de su comercio -comercio bajo condiciones preferentes- y su ayuda económica, y el proceso de rectificación se paró en seco frente a las escaseces aplastantes de productos de primera necesidad. El gobierno cubano se vio obligado a organizar un repliegue, al permitir la circulación y el uso del dólar, promoviendo el turismo y la inversión extranjera en la isla como formas de obtener las divisas que hacían falta. La intensificación del embargo comercial norteamericano aumentó las dificultades.

¿Por qué no se derrumbó la Revolución Cubana, como habían pronosticado tantos en aquel entonces? preguntó Waters. Entre los factores que destacó fue el fortalecimiento de la revolución, la confianza revolucionaria adquirida por el pueblo trabajador cubano.

Al encarar las crecientes desigualdades sociales, el debilitamiento de la solidaridad social y otros desafíos del Periodo Especial, la dirección cubana se ha basado en esta fuerza.

Hoy día en Cuba, la campaña de varios años que se conoce como la Batalla de Ideas se basa en los mismos métodos revolucionarios. La dirección está movilizando a miles de jóvenes para transformar el sistema de enseñanza, "abriendo las universidades a miles de jóvenes de origen obrero que de otra forma estarían marginados y sin posibilidades de estudio y trabajo", dijo.

Waters también habló sobre los últimos ataques y provocaciones contra Cuba, y la campaña imperialista de propaganda, la cual tacha a Cuba como una dictadura represiva a raíz de los arrestos, juicios y sentencias contra 75 opositores de la revolución en marzo. También a principios de abril, tres hombres condenados como cabecillas de un secuestro armado de un ferry cerca de la costa de La Habana -parte de una serie de secuestros- fueron condenados a muerte y ejecutados sumariamente.

Después de la presentación, los estudiantes hicieron preguntas sobre diversos temas: el impacto económico del declive del turismo en la isla durante los últimos dos años, la relación entre la invasión norteamericana de Iraq y la creciente agresividad de Washington hacia Cuba, los cambios de actitud en Cuba hacia temas sociales tales como los derechos de la mujer y la acción afirmativa para los negros y mestizos, y el caso de los cinco revolucionarios cubanos encarcelados en Estados Unidos bajo cargos fabricados.

Muchas de las preguntas se enfocaron en los sucesos del último mes a los cuales se había referido Waters.

Juicios recientes

Durante la discusión, Waters señaló que en los recientes juicios, 75 individuos fueron declarados culpables, no por expresar ideas sino por actos en colaboración con una potencia estatal hostil, Washington, en su campaña por derrocar al gobierno cubano.

La llamada ley Helms-Burton de 1996, dijo, estipula que la eliminación de Fidel Castro y Raúl Castro del gobierno es una precondición para quitar el embargo económico estadounidense contra Cuba.

Los juicios y las sentencias, dijo, se pueden comprender únicamente en el contexto de los esfuerzos implacables de Washington para derrocar la revolución y reestablecer el capitalismo en Cuba. "La escalada de provocaciones, organizadas a través de la Sección de Intereses en La Habana, incluyendo la canalización de millones de dólares -autorizada por la Helms-Burton y leyes semejantes- para financiar las actividades de estos "disidentes".

Asimismo, explicó, el número creciente de secuestros armados de aviones y embarcaciones cubanos en los últimos meses ha sido atizado por la política de las autoridades norteamericanas de limitar las visas a los cubanos que solicitan emigrar a Estados Unidos, al tiempo que otorgan la residencia a todo cubano que llegue a las costas de Estados Unidos, sin importar los delitos que haya cometido para llegar, y se niegan a enjuiciar a los secuestradores.

En respuesta a un comentario que cuestionaba las sentencias, incluida la pena de muerte contra tres de los secuestradores, Waters dijo que, dadas las circunstancias, ella apoyaba la decisión del Consejo de Estado de seguir adelante con la ejecución de los secuestradores enjuiciados.

El secuestro de un avión o embarcación hace peligrar la vida de todos los hombres, mujeres y niños que están a bordo, señaló Waters. La toma de medidas decisivas para poner fin a la aceleración de estos actos fue necesaria y gozó de amplio apoyo en Cuba. Ella señaló la reciente presentación por televisión que dio el presidente cubano Fidel Castro, en la cual subrayó que Cuba, en enfecto, había mantenido una moratoria a las ejecuciones en casos capitales desde el año 2000.

En respuesta a otra pregunta, Waters dijo que los gobernantes imperialistas siempre están buscando las formas de atacar a Cuba revolucionaria, y la actual campaña de propaganda de Washington y sus amenazas de imponer nuevas restricciones a los viajes y a las remesas familiares a Cuba van dirigidas a preparar el camino para más medidas para castigar al pueblo cubano.

Sin embargo, el lanzar una agresión militar contra la isla es un asunto completamente diferente, debido a la fuerza de la revolución, su disposición de defensa militar, su carácter popular de masas, dijo Waters.

"Todos los cubanos están entrenados y listos para empuñar las armas", subrayó. Los gobernantes de Estados Unidos saben que, a diferencia de su invasión a Iraq, un ataque a Cuba provocaría enormes bajas norteamericanas. Y no pueden partir de la base de que el pueblo estadounidense aceptará dicha cantidad de bajas. "Esa realidad les ha frenado la mano por más de cuatro décadas".

Fuente: Perspectivamundial.com, junio de 2003.