Campaña del gobierno contra los desocupados

¿GUERRA DE POBRES CONTRA LOS MÁS POBRES?

Sin duda, el peor drama del país es la desocupación. El gran saqueo fue hace más de 10 años, con las privatizaciones, que dejaron en la calle a más de 400.000 compañeros de golpe. En ese entonces, Menem utilizó la «opinión pública» contra los trabajadores que resistían esa entrega, como los ferroviarios y los telefónicos. Hoy pasa algo parecido. Kirchner quiere utilizar las molestias y hasta la bronca que producen los cortes para intentar aislar a los piqueteros. Si lo logra, estará más fuerte para ajustar a todo el pueblo. En cambio, si unimos el reclamo de los desocupados, los ocupados y los sectores populares, podemos vencer los intentos de ajuste y ganamos todos.

Un corte, por supuesto, es un trastorno. Y más si es en una calle céntrica o una ruta muy transitada. Es posible que algún empleado llegue un poco tarde a su trabajo o que algún comerciante venda menos y entonces sientan bronca contra los piqueteros. Quizás alguna vez sintió lo mismo usted, compañera o compañero lector. Pero por más molestos que a veces resulten los cortes, no hay que dejarse llevar por la campaña antipiquetera del gobierno y lo medios de comunicación. Y esto por tres razones centrales. Porque el que no da respuesta a la desocupación -y por eso hay piquetes- es el gobierno. Porque los piqueteros no pueden protestar de otra forma. Y porque si Kirchner los aisla, se fortalece para seguir ajustando a los demás trabajadores y a todo el pueblo.

  1. El responsable fundamental del brutal desempleo que azota el país, y de no solucionarlo, es el gobierno nacional y los gobernadores. Los mismos que cumplen con el FMI y las privatizadas, y que ahora quieren usar la bronca de la clase media y la confusión de algunos sectores populares contra los piqueteros. Y hacen esa campaña, porque hoy son precisamente los desocupados quienes más pelean contra el ajuste.
    Pero si hubiera trabajo, trabajo genuino y para todos, no habría piqueteros. A nadie le gusta vivir protestando, exponerse a la bronca de los que pasan y además a la represión policial. ¿Pero cómo vive una familia de cuatro personas con 150 pesos al mes, o sea con poco más de un peso al día por cabeza? ¿Qué persona podría soportar que sus hijos pasen hambre, día a día, mes a mes, sin protestar? ¿Y qué pasa si encima el gobierno quiere dar de baja ese magro subsidio, como ocurre hoy?
  2. Como una cruel paradoja, los miles y miles de trabajadores que fueron echados a la calle estos años sólo pueden reclamar... en la propia calle. A diferencia de los trabajadores ocupados y de otros sectores populares, la única manera efectiva que tienen los trabajadores desocupados de hacer oír sus reclamos es manifestando, movilizándose o cortando calles y rutas.
    Tomada, Aníbal Fernández y otros voceros del gobierno a veces argumentan que «el reclamo es legítimo, pero que busquen otra forma de lucha». ¡No hay que comprar ese discurso! Es el mismo verso que cuando toman medidas los maestros, el personal de los hospitales o de los servicios públicos: «perjudican a los chicos, al paciente, al usuario...» Si los piqueteros protestaran en las veredas, el gobierno no les daría bolilla o igual diría que molestan y los procesaría judicialmente como hace ahora. Pero además, sinceramente, ¿cuántos de los que se quejan por los cortes de los piqueteros podrían soportar vivir ellos mismos y sus familias con 150 pesos mensuales?
  3. Los piqueteros han acompañado a los ferroviarios y los compañeros del subte, estuvieron junto a Brukman, otras fábricas y empleados estatales en lucha, marcharon contra la reforma laboral. Son trabajadores sin empleo y quieren volver a tenerlo porque saben que si no, no hay dignidad. Y justamente por haber tenido trabajo saben bien que el desempleo es la peor «ley» flexibilizadora que usan las patronales para imponer bajos salarios, suspensiones y despidos. Por eso la lucha de ocupados y desocupados es parte de una misma pelea, y debemos respaldarnos y ser solidarios mutuamente.

Lo mismo para la clase media, los profesionales, los pequeños comerciantes y productores,

las asambleas y vecinos. Si el gobierno logra recortar los planes a los deso-cupados, por ejemplo, tendrá más aire para avanzar con los aumentos de combustibles, de tarifas y el recorte a las provincias. Y lo mismo los estudiantes, que el día de mañana no conseguirán trabajo si el pueblo en su conjunto no derrota las políticas y los gobiernos del ajuste.

Ningún obrero, empleado, taxista, pequeño comerciante o vecino debe dejarse engañar por Kirchner, sus funcionarios y periodistas a sueldo. No hay que caer en su intento de forzar una «guerra de pobres contra los más pobres», ni permitir que aisle a los piqueteros. Para que ganemos todos hay que apoyar la lucha de los trabajadores desocupados, incluidas sus movilizaciones y cortes.

Pablo Vasco

Fuente: Alternativa Socialista nº 369.