Arthur Rimbaud

(20 oct 1854 - 10 nov 1891)

 

"Rimbaud: Veneno destilado"

26 Octubre, 2000

Artículo de Paco Arteaga.

 

El pasado 20 de octubre de 2000 se celebró el 146 aniversario del nacimiento de Jean Arthur Rimbaud, y este es nuestro tributo. Charneville, fue la ciudad burguesa del norte de Francia en la que le tocó vivir desde que viniera al mundo en 1854, como miembro de la familia Rimbaud-Cuif: hijo de una campesina y de un militar aventurero. Educado en un colegio laico, pronto comenzaría a hacer pinitos en las artes literarias: con 8 años compone sus primeros trabajos conocidos en prosa. Estudiante prodigio y niño modelo, gozó de una ardiente fe religiosa que le valió el sobrenombre de "El cochino santurrón". Ironías de la vida.
En 1869 obtiene el primer premio de versos latinos en el Concurso Académico de ese año, con el tema "Yugartha"; no sería la primera vez que ganara éste y otros laureles. En 1870, un joven profesor de retórica, Georges Izambard, le introduce en la literatura de los autores "Malditos", con los que entabla relación enviándoles cartas y poemas: Rabelais, Baudelaire, Víctor Hugo, Banville o Villon comienzan a hacer mella en su Purificado espíritu. Este mismo año comienzan sus fugas y peregrinajes en busca de un trabajo como escritor, dentro del marco de guerra Franco-Prusiana, que dará como fruto "El Mal", "El durmiente del valle" y "La deslumbrante victoria de Sarrebruck".
En uno de sus vaivenes va a parar a casa de los suegros de Verlaine, pues le había enviado unos poemas que cayeron en gracia al poeta. Con él compartirá juergas, borracheras frecuentes y alucinaciones varias derivadas de las "hierbas". También un amor arriesgado y siniestro: él tenía 16 años, Verlaine 27, una mujer y descendencia. Éste lo introduce con verdadero entusiasmo en los circuitos literarios parisinos, pero su carácter intratable propició su rechazo en estos círculos.
Desde entonces, Rimbaud-Verlaine formarían un binomio indisoluble criticado y sufrido por la esposa del segundo. las querellas se sucedieron como las lluvias de otoño. Pero las disputas domésticas y las pataletas de su mujer enferma, poco pudieron aplacar las pasiones de esta singular pareja. Es el periodo de sus "Iluminaciones" y de "Una temporada en el infierno", su obra destacable escrita entre los 16 y los 19 años: hito de la poesía moderna, se erigió como precursora del Simbolismo frances, combinando una técnica perfecta y un ideario sutil y misterioso. Estilo esotérico y descenso a los infiernos con mayúsculas.
Aventurero sin orientación ni rumbo, su ir y venir continúa: Gran Bretaña, Alemania, Italia, Chipre, otra vez Francia...Su ritmo infatigable no es óbice para que Verlaine le siguiera durante los 2 años que duró su relación. En 1875 el propio Rimbaud quema todos sus manuscritos y deja de escribir para siempre jamás. A partir de entonces subsistirá como mercader en tierras africanas, donde contrae matrimonio con una abisinia. El tráfico de armas también fue otra de sus fuentes de ingresos por aquellos parajes.
En 1891 se ve aquejado de cáncer de huesos que le cuesta la amputación de una pierna y otros miembros, relegándole a la categoría de mero tronco inmóvil. Las inclemencias de la enfermedad provocan su definitiva vuelta a Francia. Moría el 10 de noviembre de ese año a la corta edad de 37 años.


RIMBAUD - VERLAINE: COMPAÑEROS INFERNALES

Ambos compartieron una pasión perversa y degradante. Incluso se intentaron matar a tiros: Verlaine empuñando el arma. La locura siempre planeó por la familia de Rimbaud. Varios familiares cercanos terminaron transtornados, incluida su madre. Además, su familia rendía homenaje a su fama de intratables y de huraños. Hasta los 15 años fue todo un angelito, pero de repente sucumbió la tentación del mismo demonio. Suele pasar. Su atuendo semejaba el de un vagabundo en ciernes, no en vano estuvo sin un franco buena parte de su existencia.
Si bien Paul Verlaine era de una "fealdad intensa", Rimbaud se recreaba en la quintaesencia de la belleza andrógina. Vivieron un amor completamente alcoholizado, y de todos es sabido que esta sustancia germina violencia. Entre ellos, las palizas, altercados y escándalos sobrevenían con generosidad. Verlaine le mantuvo desde el principio y hasta el final de su affair. Ambos se aislaron del resto del mundo debido al acusado carácter abominable de Jean Arthur. El mal siempre tuvo cabida dentro de ellos.
Vivieron una relación enfermiza y sadomasoquista: las torturas estaban a la orden del día: uno intentó incendiarle el pelo al otro, el otro le clavó un puñal en la mano al uno mientras bebían ¿tranquilamente? en una taberna. Sin embargo, estos tormentos pasionales propiciaron increibles versos para la posteridad. Su relación duró 2 años: intensos donde los haya.

Paco Arteaga.


La obra de Arthur Rimbaud (1854-1891), escrita entre sus 16 y 19 años de edad, es uno de los hitos decisivos del itinerario de la poesía moderna. Seguidor de Baudelaire, Rimbaud es precursor de la escuela simbolista francesa, cuyos miembros encontraron en sus poemas la mágica combinación entre una técnica perfecta del lenguaje y una imaginería sutil y misteriosa.

Una temporada en el infierno (1873) fue escrita en una época tormentosa de la vida del autor, en la que se separaba trágicamente de su entrañable amigo Paul Verlaine; estos poemas son testimonio de su sensación de descenso espiritual al infierno, debido a su "fracaso" en el arte y el amor. En Las iluminaciones (1886), considerada la cumbre de su originalidad, se aprecia plenamente su estilo elíptico y esotérico, expresión de su peculiar état d’ame.


RIMBAUD, Arthur, "Poesías completas".
Editorial Cátedra, Col. Letras Universales Núm. 244. Madrid. 1996.

SEGUNDO STUPRA

Nuestros glúteos no son iguales a sus glúteos,
He visto a gente en cueros, detrás de los vallados,
y a niños, cuando juegan libremente en el baño,
los planos y las huellas que ofrecen nuestros culos.

Más firmes, aunque a veces, con un dolor blancuzco,
y distintos niveles que entolda el emparrado
de los pelos. En ellas, sólo florece el raso
por su raja embrujada, raso largo y profuso.

Con una maestría que embriaga y maravilla
que sólo vi en los ángeles de las pinturas sacras
simulan un carrillo donde anida una risa.

¿Estar, así, desnudos, encontrar gozo y calma,
con la frente inclinada hacia su oronda dicha
y libres, los dos juntos, susurran una lágrima?

TERCER STUPRA

Tan oscuro y fruncido como un clavel morado,
respira humildemente, entre el musgo, al abrigo,
húmedo aun de amor, con dulzura escurrido
entre las blancas nalgas hasta su centro orlado.

Hilillos semejantes a lagrimones lácteos
han llorado en el viento cruel, que al no admitirlos
los lanza entre los cuajos de unos lodos rojizos
hasta perderse donde han sido convocados.

Mi sueño se embocó, tenaz, a su ventosa;
mi espíritu, envidioso del coito material,
hizo de él lagrimal y nido de sus quejas.

Es la oliva convulsa, es la flauta mimosa,
el tubo por do baja la almendra celestial
Canaán femenino que la humedad apresa.

Fuente: La Espia del Sur www.geocities.com/laespia