"Vengo remando solo desde hace 40 años"

El director Pino Solanas será homenajeado con el premio Oso de Oro a su trayectoria en el Festival de Berlín. El galardón se entregará en el marco de su última película "Memorias del Saqueo". En diálogo con El Eslabón, el cineasta argentino relató los motivos que lo llevaron a realizar este documental y anticipó en exclusiva sus próximas producciones. Además, habló de su fugaz paso por la política partidaria y criticó duramente al gobierno de De la Rúa.

 

"Memorias del saqueo es una crónica y un balance de nuestra historia". Así definió el director Pino Solanas a su reciente producción que denuncia el saqueo que sufrió el país en los últimos quince años. La película todavía no se vio en la pantalla grande, recién saldrá a la calle el 18 de marzo próximo. Sin embargo, ya le valió al cineasta argentino el premio Oso de Oro en el Festival de Berlín, distinción que se le otorgará durante los primeros días de febrero en uno de los acontecimientos más prestigiosos para el cine. Pino, en diálogo con El Eslabón, relata los motivos que lo llevaron a realizar este documental que habla de los poderosos que saquearon al país y anticipa su próxima producción como una continuidad de esta película que muestra la contracara de ese proceso: el movimiento social y la resistencia que se organiza para sacar a la Argentina de la crisis.

Además, el director de La hora de los hornos, habló de su fugaz paso por la política partidaria y criticó duramente al gobierno de la Alianza. "Fernando De la Rúa fue un conservador corrupto, disfrazado de decente y de hombre de respeto", sentenció el cineasta. A continuación, la entrevista con Pino Solanas, el hombre que desde hace más de cuarenta años se especializa en mostrar al país a través de los relatos en la pantalla grande.

—¿Cómo recibiste la noticia del homenaje que te van hacer en el Festival de Berlín con la entrega del premio Oso de Oro?

—Todo premio te llena siempre de estímulos. No abundan los estímulos, yo vengo remando prácticamente solo desde hace 40 años, entonces contar con un reconocimiento a mi trayectoria, a mi carrera es muy importante. Es la primera vez que se da un Oso de Oro a un director argentino en el Festival de Berlín, que es uno de los más prestigiosos. Pero a la vez es la primera vez que se le otorga a un director por su trayectoria. Es un premio fuera de concurso, es un premio a la trayectoria, una distinción extra.

El hecho de que te lo otorguen justo cuando hacés la película Memorias del saqueo, ¿es un reconocimiento a lo que esta última producción muestra?

—El premio viene a partir de que la dirección del Festival de Berlín en diciembre vio la película en París junto con la gente que organiza el Festival de Cannes, y los dos la querían, pero como la película no podía entrar en concurso porque es un documental y en estos festivales sólo entra el rubro ficción, entonces los de Berlín inventaron esto. La película se proyecta en una sesión de honor, oficial, y es lo mejor que me puede pasar. Pero la verdad es que las películas no son mejores ni peores porque reciban un premio y porque pasen por un jurado. Pero es cierto que cuando te toca, te ayuda mucho. Esta película es una fortísima y dolorosa denuncia del saqueo que en estos 15 años se ha producido en la Argentina.

—Acá todavía no la proyectaron, pero muchos comentan que es una versión renovada de "La hora de los hornos".

—Si, por supuesto. Sigue aquella línea del cine ensayo, de investigación y reflexión

—¿Porque la necesidad en este momento de un cine documental cuando en otras películas del ’90 tus producciones incluían la ficción como relato para denunciar ciertos hechos?

—Son otras las circunstancias. Los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001 me llevaron a filmar sin saber para que, seguí todo ese verano filmando y así fue naciendo la película. Me di cuenta que estaba viviendo un momento histórico muy importante y que había caído y muerto el modelo neoliberal más allá de cómo se saliera. Entendí que era el momento de cerrar un ciclo y hacer una reflexión y balance. En ese sentido, retomé el cine de crónica. La película es una crónica y un balance de nuestra historia.

—Pasaron dos años desde aquellos acontecimientos y ahora no se ven en las calles las mismas manifestaciones de entonces ¿qué pensás que pasó y qué puede pasar?

—El país sigue teniendo todavía una gran deuda interna con la población, como lograr el pleno empleo, la recuperación del trabajo, la profundización del proceso de desarrollo industrial. Yo creo que en la medida en que el gobierno logre satisfacer esa deudas, el país se va a encauzar en la página del progreso.

—¿De todo esto va a tratar tu próxima película?

—La segunda película cuenta cómo enfrentó el pueblo y las organizaciones sociales el desempleo, la crisis, el maltrato. Es un poco la otra cara, porque en Memorias del saqueo muestro la cara del poder, ahora en esta otra película muestro el desarrollo del movimiento social y las perspectivas de la Argentina para salir de la crisis.

—Hace una década vos también hablabas de todo esto pero desde un lugar de la política más formal, presentando candidaturas y armando listas

—Son tiempos de uno, yo lo intenté durante la década pasada sin fortuna.

¿Por qué devino el desencanto?

—Las cosas que dije en mis películas, fui uno de las primeras en decirlas. Pero la gente no quería oírlas. La mayor parte del progresismo y la clase media terminó detrás de las banderas de un engendro como la Alianza, con un conservador corrupto, disfrazado de decente y de hombre de respeto que fue Fernando De la Rúa. Y Chacho Álvarez, que no denunció la patraña inmunda que era la flexibilización laboral porque les exigía a sus propios diputados que si no la votaban se tenían que ir del Frepaso. Y además, renunció, se fue, abandonó a sus votantes

Fuente: Eleslabon, 30/01/2004